Vengo de celebrar mi olvido.
Vengo de mí hacia ti, corazón del tiempo, ¿qué te hiciste?
¿Estás aún en esa plaza antigua más allá de lo que ven mis ojos?
¿Te levantas y huyes otra vez, herido de noches y mortajas?
La vida me sucede en sus preguntas
y del labio al minuto todo arde.
Echo un vistazo a mi melancolía y es tarde ya para que asome el desconsuelo.
Solo quiero vivir,
sentarme frente al hogar de las presencias que amo,
incinerar los testamentos de la jauría que me persigue.
Así sabrán esas bestias de mi escape sin retorno.
Así sus fauces horrendas dejarán su saliva asquerosa
colgando de la más débil levedad.
Yo vengo de celebrar mi olvido.
Vengo de conocer esa otra cara confusa de la luz.
Todavía persigo un sueño y, mientras dure,
el olvido-olvido renunciará a mis nombres.
Salvador Medina Barahona. 14.12.2010